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La primera muerte de un humano por meteorito

meteorito

Un meteorito cayó el sábado en India, registrando la primera muerte de un humano con el impacto.

Esta seguro que no estaba en el recopilatorio de “1.000 maneras de morir”. Las autoridades indias han confirmado la muerte de una persona por el impacto de un meteorito.

Fue el pasado sábado en el estado de Tamil Nadu, al sur de la India. Un meteorito o roca espacial impactó en los alrededores del campus de una Universidad privada, con la mala fortuna de provocar la muerte de una persona, lo que automáticamente la convierte en la primera muerte por meteorito de la que se tienen registros.
¿Cómo de grande tiene que ser un meteorito para acabar con la vida humana?

Un meteorito como el que extinguió a los dinosaurios no es suficiente para acabar con la vida humana. ¿Qué tamaño debería tener entonces?

Un meteorito impacta en la India

Según han informado desde India, el fallecido es un conductor de autobús que se encontraba andando por los alrededores de la Escuela de Ingeniería Bharathidasan. El impacto provocó desperfectos en vehículos y edificios cercanos y la muerte del señor, así como varios heridos.

meteorito india

En un primer momento se pensó que se trataba de una bomba, pero otros testigos aseguran haber visto el objeto cayendo desde el cielo. Así, este “accidente” en Tamil Ladu (un estado con más de 70 millones de habitantes) probablemente se recuerde como el primer caso de una víctima mortal por la caída de un meteorito.

No es para nada extraño que rocas espaciales lleguen a la Tierra, pero lo habitual es que por su tamaño acaben siendo totalmente desintegradas al entrar en contacto con las distintas capas de la atmósfera.

 

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El exoesqueleto asequible que permite andar a parapléjicos durante cuatro horas seguidas

Cada vez queda menos para que la tecnología de exoesqueletos sea tan barata como para que cualquiera pueda aprovecharse de ella, como demuestra este exoesqueleto asequible de SuitX.

Aunque cuando pensamos en exoesqueletos nos imaginamos poder levantar grandes pesos sin esfuerzo, o conseguir logros que serían imposibles para nuestro cuerpo humano, hay un sector de la población a la que les vendría muy bien para algo tan básico como andar.

Estoy hablando, por supuesto, de discapacitados que han perdido, o nunca tuvieron, el uso de sus piernas y que están limitados por su silla de ruedas; sin embargo, los exoesqueletos son una tecnología puntera, y por lo tanto, muy cara, imposible de costear para una persona normal, con precios que rondan sobre los 100.000 dólares.

exoesqueleto asequible

Estos avances no sirven de nada si no pueden disfrutarlos las personas que más se beneficiarían de ellos, y afortunadamente parece que poco a poco vamos viendo un cambio en la buena dirección. SuitX es un buen ejemplo, una compañía nacida a partir de ingenieros de la Universidad de California y el Laboratorio de Ingeniería Humana de Berkeley.

El Phoenix es su primer producto, un nombre apropiado porque permitirá a muchas personas volver a caminar (lo de volar lo dejamos para otra época), y se caracteriza por dos cosas: primero, es lo suficientemente completo, ligero y capaz como para tenerlo en cuenta, aunque no sea el mejor en ninguno de sus campos. Y segundo, cuesta sólo 40.000 dólares.

suitx 3

Sí, 40 de los grandes es mucho, pero es poco comparado con lo que había hasta ahora. Sobre todo teniendo en cuenta que las posibilidades del Phoenix. Con un peso de 12 kilogramos, está compuesto de dos motores a la altura de la cadera y una mochila en la que se guarda la batería. El diseño de la estructura de fibra de carbono que sostiene las piernas es modular, por lo que puede adaptarse a cualquier persona sin importar su altura, o si sólo necesita apoyo adicional en una pierna.

Una vez instalado, el usuario puede activar el sistema y controlarlo con los botones integrados en un par de muletas. A partir de ahí, el exoesqueleto hará el trabajo para mover las piernas con una eficiencia notable: es capaz de alcanzar una velocidad de 1,7 kilómetros por hora, y la batería de la mochila dura hasta cuatro horas seguidas andando, y ocho horas de movimiento intermitente.

Este es sólo uno de los muchos exoesqueletos que están desarrollándose con este objetivo, pero para que realmente se popularicen, antes tendrán que resolver varios problemas. Por ejemplo, el mantenimiento, que en el caso del Phoenix tiene que ser llevado a cabo por los propios empleados de SuitX. Además, no está claro que el futuro sea el uso de baterías en mochilas.