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Análisis HP…

El sector gaming ha sido la única fuente de alegrías del mercado de ordenadores personales en la última década. Es duro, pero es así. Incluso aunque no uses el ordenador para jugar, es gracias a los jugadores que ahora disfrutas de productos que, de otra forma, nunca hubieran recibido el visto bueno en la producción.

Productos que apuestan, de manera decidida y sin contemplaciones, por una experiencia más avanzada; por un estilo visual más extremo, y por una calidad a la altura. Un sector que está en una carrera continua, en la que la estrella de un mes es el farolillo del siguiente. En el que las medias tintas se pagan como en ningún otro sitio.

Es por eso que, después de años de evolución, vemos productos gaming cada vez más extremos; que abrazan el estilo como una filosofía de vida, como su misma razón de ser. Atrás quedaron los tiempos de productos gaming que podíamos usar a diario para otras tareas; el sector se ha especializado y no parece que haya vuelta atrás.

HP Omen 27, monitor que lo apuesta todo por el gaming

El HP Omen 27 es un buen ejemplo de esta evolución. Puede que tradicionalmente el nombre HP se haya asociado con ordenadores de oficina y para trabajo; pero con la marca Omen, la compañía apela directamente a los jugadores, sin excusas. Es algo que notamos al instante en cuanto nos llegó la unidad de prueba de este monitor.

El Omen 27 es, como su nombre indica, un monitor gaming de 27 pulgadas (aunque por el tamaño y el estilo de la caja, te podría parecer que es de 40). Uno que apuesta claramente por un nicho, y eso trae consigo consecuencias muy buenas, y otras no tanto; todo depende de si perteneces a ese nicho. Pero no adelantemos acontecimientos.

Características del HP Omen 27

  • Tamaño – 27 pulgadas.
  • Resolución – 2560 x 1440 píxeles.
  • Relación de aspecto – 16:9
  • Tecnología del panel – TN.
  • Profundidad de color – 8 bits (6 bits + FRC).
  • Brillo – 350 cd/m2.
  • Contraste estático – 1000:1
  • Contraste dinámico – 10000000:1
  • Espacio de color sRGB – 94%.
  • Tiempo de respuesta – 1 ms.
  • Frecuencia de respuesta – hasta 165 Hz.
  • Tecnología de sincronización – G-Sync.
  • Protección de contenido – HDCP
  • Puertos
    • HDMI 1.4 – 1
    • DisplayPort 1.2 – 1
    • Jack de 3.5 mm. – 1
    • 3 USB 3.0 (uno de entrada).

Materiales y diseño de una calidad sorprendente

Lo primero que llama la atención del Omen 27 es, sin duda alguna, la calidad de sus materiales. En ningún momento parece que estemos ante un producto barato, y la cantidad de pequeños detalles que tiene el diseño demuestra un cariño especial. No es el típico monitor, eso es evidente desde el principio.

La base es pesada y de metal, lo que permite que el monitor nunca se mueva ni tiemble, sin importar que movamos la mesa o que tecleemos con fuerza. Ideal para esas partidas que sacan lo peor de nosotros.La base también tiene añadidos como un espacio para colgar los auriculares, o para pasar los cables.

Pese a esta sensación de robustez, el diseño está muy trabajado; en la trasera, un entramado sólo es roto por la palabra “Omen” y el símbolo que representa a la marca, en rojo brillante. Es un monitor que no tiene ningún miedo de declarar al mundo lo que es.

Esta declaración de intenciones continúa en la misma base, donde volvemos a encontrar el símbolo, pero puede que te extrañe que esté en negro; hasta que enciendes el monitor, y ves que una luz roja sale de la parte inferior del monitor iluminando el símbolo de Omen que está en la base. Un detalle de esos que impresionan, y que refleja muy bien la filosofía de diseño que HP ha adoptado con este monitor.

2K y 144 Hz, el equilibro perfecto para gaming

A la hora de comprar un monitor, probablemente la primera elección que tendrás que tomar estará relacionada con la resolución. Desde 1080p a 4K, la variedad es grande, sobre todo porque normalmente la velocidad de refresco está directamente relacionada con la resolución; a más resolución, más difícil es encontrar un monitor con una alta frecuencia de refresco.

Por una parte, queremos suficiente resolución como para que no parezca que estamos jugando a una consola de la generación pasada; pero por otra, queremos una alta frecuencia de refresco para conseguir una imagen más fluida y unos tiempos de respuesta más bajos. Los jugadores suelen preferir lo segundo; si buscamos un monitor con una resolución baja, como 1080p, es más probable que encontremos modelos de 240 Hz.

Sin embargo, la elección de HP me parece la más apropiada para un monitor de 27 pulgadas: resolución 2K y refresco de 144 Hz por defecto. Personalmente, es el equilibrio justo para conseguir un salto en la calidad de imagen y en la calidad del juego; sobre todo si venimos de un monitor 1080p a 60 Hz, la diferencia será notable.

Más aún, a menos que te hayas gastado un dineral en tu ordenador, lo más probable es que tu gráfica sólo sea capaz de ejecutar juegos modernos de manera fluida con esa combinación de 2K y 144 Hz.

165 Hz, ¿merece la pena el salto?

Pero por supuesto, eso no es todo. El HP Omen 27 tiene un as en la manga: un modo “Overdrive” que permite subir la frecuencia a 165 Hz. De hecho, esa es la velocidad promocionada en tiendas y el marketing del monitor; sin embargo, hay que aclarar que cuando enciendas el monitor, por defecto se mostrará a 144 Hz.

Si quieres los 165 Hz, tendrás que navegar por los menús del monitor y activarlo manualmente. Al hacerlo, también reducirás los tiempos de respuesta hasta el milisegundo que promociona HP. Sin embargo, no está tan claro que quieras activarlo.

Sí, “Overdrive” es el modo que realmente saca a relucir lo mejor del monitor; pero siendo sinceros, es poco probable que te des cuenta. La diferencia entre 144 Hz y 165 Hz es demasiado pequeña como para notarla en partidas normales; en números, es sólo una diferencia de menos del 15%, mientras que el salto de 60 Hz a 144 Hz es del 140%. A la hora de la verdad, no hemos notado el salto, o ha sido demasiado pequeño como para convencernos.

Donde sí notamos más mejora es en los tiempos de respuesta, donde el Omen 27 se acerca más al deseado milisegundo; en este caso sí que puede suponer una gran diferencia, sobre todo en juegos online, donde la velocidad de tus reacciones es vital. En esos juegos, quieres que tus movimientos se traduzcan al momento en movimientos en tu juego; y el Omen 27 garantiza esto con creces. Sin embargo, es algo que no notarás tanto en otros juegos más calmados o que no tengan un componente online.

Overdrive, un overclock “oficial”

Y es aquí donde nos preguntamos si este modo Overdrive realmente merece la pena. Porque detrás de ese nombre, en realidad lo que estamos haciendo es “overclockear” el monitor; es decir estamos forzándolo a funcionar a una frecuencia superior a la habitual. La única diferencia es que este modo nos permite hacer overclock de manera “oficial”.

Que sea oficial no significa que no tenga sus peligros; cuando lo activamos, veremos un mensaje de advertencia, por ejemplo. Esto despierta serias dudas sobre la fiabilidad del monitor a largo plazo si abusamos del Overdrive.

Personalmente, recomendaría usarlo sólo cuando realmente lo vayamos a necesitar, en juegos online que requieran ese “algo más”; pero por lo demás, con la configuración básica tienes más que suficiente en la mayoría de los juegos.

Rendimiento a la altura y compatibilidad con G-Sync

Y eso nos lleva al otro punto fuerte del Omen 27: que realmente no necesita “Overdrive” ni nada de eso para conseguir un rendimiento excepcional. Si vienes de un monitor “normal”, inmediatamente notarás la diferencia, en cuanto ejecutes el primer juego.

Si tienes el equipo adecuado, jugar a 144 frames por segundo es una experiencia muy superior; lamentablemente, también es el tipo de cosa que tienes que ver por ti mismo. Es algo que no se puede explicar con palabras, y sólo con la experiencia propia se puede descubrir. La fluidez añadida añade una dimensión más a tus juegos. Y el tiempo de respuesta tan corto hace que cualquier acción se traduzca perfectamente al vídeo.

Si tienes una tarjeta gráfica de Nvidia, la compatibilidad con G-Sync es un gran punto a favor. Esta tecnología sincroniza los frames que salen de la tarjeta gráfica con la tasa de refresco del monitor, para eliminar problemas como la pantalla partida. Una vez activado, funciona de fábula.

Los monitores con G-Sync son raros, exceptuando en la gama alta. Eso es porque esta tecnología requiere un chip licenciado por Nvidia, lo que aumenta los costes; por eso es de agradecer esta inclusión en el Omen 27. En cambio, si tienes una gráfica Radeon esto no te sirve de mucho, ya que no es compatible con Freesync, la alternativa gratuita de AMD.

Productividad y colores, puntos muy flacos

Ha quedado claro que el HP Omen 27 es un monitor gaming puro. Pero la verdad es que la mayoría de la gente hace más cosas con el ordenador aparte de jugar. Solemos navegar por la web, ver vídeos, trabajar y mucho más; y es en esas circunstancias que el Omen 27 flaquea.

El panel de este monitor usa tecnología TN, que es la mejor para conseguir altas frecuencias de refresco y bajos tiempos de respuesta; pero en el resto de apartados está muy por detrás de los paneles IPS y VA.

En cuestión de color, por ejemplo, el Omen 27 tiene carencias inexcusables para el usuario medio; por el mismo precio puedes conseguir monitores con colores más vibrantes y precisos, que superan ampliamente el espacio de color sRGB, que el Omen 27 ni siquiera es capaz de cubrir completamente.

Esto se traduce en imágenes sin ningún impacto. Las películas parecen haber sido grabadas con una cámara de baja calidad, e incluso algunos videojuegos más artísticos o con colores más brillantes sufren demasiado. Esta es una carencia de base, y por mucho que te pelees con la configuración del monitor, nunca conseguirás un equilibrio aceptable.

De la misma manera, la resolución 2K es suficiente para jugar; pero si vas a usar el monitor para trabajar, por ejemplo, puede ser insuficiente. En ese caso, sí que recomendaríamos el salto al 4K y disfrutar de la mejora en la nitidez.

Unos menús infernales

Antes he dicho que te pelearás con la configuración del monitor, y con buenos motivos. El Omen 27 tiene uno de los peores menús de configuración que he tenido la desgracia de probar, empezando por los propios controles.

En el Omen 27, HP ha tomado la decisión de ocultar los controles en la trasera del monitor. Eso es relativamente común, pero lo que no lo es tanto es que sea imposible encontrarlos; no tienen relieve alguno y están integrados en la carcasa.

Así que el proceso de configurar el monitor implica pasar la mano por la parte trasera, buscando desesperadamente algo que se parezca a un botón por el tacto. Ahora que has encontrado el botón, te das cuenta de que no tienes ni idea de qué es lo que hace; todos los botones son idénticos.

La única manera de saber qué hace un botón es pulsarlo, y que aparezca el menú con lo que has cambiado. Entonces puedes deducir la posición del resto de botones. E incluso entonces es muy fácil pulsar el botón equivocado y cambiar lo que no querías o salir del menú antes de tiempo. No estaría dedicando tantos párrafos explicando este problema, si no hubiera perdido tanto tiempo de mi vida pulsando botones a ciegas como un loco.

Un monitor que se centra en lo que sabe hacer, nada más

El HP Omen 27 es un gran monitor gaming, uno que cubrirá perfectamente tus necesidades como jugador. En ese sentido, pocas pegas le podemos poner. HP ha apostado claramente por un tipo de producto concreto, y el resultado es de calidad. Sin embargo, para llegar a esa calidad, ha tenido que tomar decisiones y realizar varios sacrificios que no gustarán al usuario medio.

Si usas tu ordenador para algo más que para jugar, el Omen 27 tiene demasiadas carencias como para ser recomendable como monitor principal; aunque puede tener mucho sentido como monitor secundario.

Pero no puedo decir que esto sea una pena. Creo que sería hipócrita de mi parte desear que HP se hubiese centrado más en otras áreas, porque entonces no estaríamos hablando del Omen 27; sino de otro monitor diferente, como el Envy 27 de la misma marca, por ejemplo.

El HP Omen 27 es un monitor gaming que no tiene vergüenza de demostrar que lo es. Y solo por eso, debería tener un hueco en el mercado.

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La placa base…

placa base más extrema que se puede comprar

Si vas a hacer como recomendamos, y te vas a montar tu propio ordenador, puede que te tiente ahorrar un poco en la placa base; pese a ser el componente central de un PC, suele ser en el que más recortamos para hacer realidad nuestro presupuesto.

Y eso es un error. Una mala placa base puede hacer que no aproveches el resto de los componentes; no sólo por el chipset que utiliza, sino por detalles como la calidad y la refrigeración de los VRM (los reguladores de voltaje), que necesitarás si pretendes hacer overclocking al procesador.

Claro, que tampoco te recomendamos que sueltes 900 dólares en la última placa base de Gigabyte; a menos que literalmente te sobre el dinero o tengas una extraña obsesión con la refrigeración líquida. Porque esa es la gran diferencia de la nueva Z390 Aorus Xtreme Waterforce lanzada esta misma semana, respecto a otros modelos del mismo fabricante.

La placa base más extrema que se puede comprar

Aorus es un nombre bien conocido entre gamers y entusiastas, por sus componentes y periféricos para ordenadores de gama alta; pero lo de esta placa base es pasarse. Prácticamente la mitad de la superficie está cubierta por un bloque de refrigeración líquida; cubre los componentes más proclives a calentarse, e incluso aquellos que normalmente no reciben mucho cariño.

El bloque no cubre sólo el hueco del procesador; también los mencionados VRM y otros componentes cercanos al procesador como el northbridge; no solo eso, sino que también se extiende hacia la parte inferior para refrigerar el southbridge. El northbridge y el southbridge forman parte del chipset, y se encargan de controlar la memoria RAM y los puertos; normalmente estos componentes sólo tienen un disipador, e incluso en algunos modelos ni siquiera eso.

La refrigeración líquida no viene preinstalada; al fin y al cabo, tienes que instalar primero el procesador. Una vez que lo hagas, tienes que instalar el bloque y conectar los cables necesarios, por lo que no parece algo fácil para alguien que esté empezando a montar ordenadores. Todo eso sin contar con la bomba y los tubos necesarios, que tendrás que comprar e instalar aparte.

Por supuesto, no podía faltar la iluminación RGB en todo el bloque y en otros componentes de la placa. También permite instalar más tiras LED por si las posibilidades de personalización nos parecen pocas.

El bloque de refrigeración líquida no es la única característica de gama alta que oculta esta placa. Desde la compatibilidad con Intel Optane hasta puertos PCI-Express reforzados, Wi-Fi integrada, LAN de 10 Gbit, dual BIOS y mucho más. Claro, que por los 899,99 dólares que cuesta en algunas tiendas (por ahora en EEUU), más le valdría.

Claro, que siempre puedes sacrificar la refrigeración líquida como un pobre cualquiera y pillarte la misma placa en versión “normal”, la Z390 Aorus Xtreme por “sólo” 590 €.

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Los miniPCs también pueden ser potentes: así es el Intel Skull Canyon

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Así es el Intel Skull Canyon, un miniPC que se une a la familia NUC pero da un paso al frente en cuanto a potencia.

Hay usuarios que no necesitan un mega ordenador para cubrir sus necesidades. En el mercado encontramos miniPCs muy interesantes a precios asequibles. Un ejemplo son los Intel NUC, miniPCs que salen de la propia Intel y que dependiendo del modelo los encontramos por unos 150€.

Obviamente son ordenadores con limitaciones, pero son ideales para navegación básica, ofimática, comercios y demás. Ahora se suma a la familia NUC el Intel Skull Canyon, que como podrás imaginar por su nombre y su estética, no es un modelo tan básico (ni tan asequible).

El miniPC con RemixOS más barato del mundo será tuyo por 25€

El Unuiga S905 es el miniPC con RemixOS más barato que encontrarás: Android totalmente adaptado a la interfaz de un ordenador y con todas las aplicaciones.

Empezando por el diseño, el Skull Canyon abandona el formato cuadrado por uno más rectangular y agresivo, aunque las dimensiones totales son bastante ajustadas con poco más de 21 centímetros de largo por 12 de ancho.

Intel Skull Canyon NUC

En su interior sí encontramos un procesador a la altura, se trata de un Intel i7 de la generación Skylake, en concreto un i7-6770HQ de cuatro núcleos que se mueve entre 2.60/3.50 GHz e incorpora gráficos Iris Pro Graphics 580. Es cierto que Intel lo presenta como una máquina “gaming” y no es mentira que pueda servir para jugar a algunos títulos, es potente, pero por supuesto no llega al nivel de PCs con gráficas dedicadas superiores – pero esos tampoco tienen este tamaño ultraportátil -.

De conectividad no va nada mal, incluye soporte para WiFi 802.11ac, Ethernet Gigabit, Bluetooth, lector de tarjetas SD, infrarrojos, salida HDMI 2.0,  MiniDisplayPort 1.2 e incluso un Thunderbolt 3 de última generación que recordemos usa puerto USB TypeC.

Intel anuncia su nueva conexión Thunderbolt 3: alcanzará los 40 Gbps, podrá transmitir energía y una enorme noticia, usará conector USB Type-C.

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El Intel Skull Canyon se podrá reservar a partir de abril y tendrá un precio de 650 dólares sin almacenamiento ni memoria RAM. Si lo queremos ya completito por defecto, es decir con 16GB de RAM DDR4 a 2133 MHz (soporta hasta 32GB), un SSD de 256GB y Windows 10 preinstalado, el precio sube a los 999 dólares.

Sí, acaba saliendo por un pico para ser un miniPC, pero es cuestión de tiempo que baje de precio  y lo mejor es que este tipo de productos seguirán mejorando, pudiendo llevarnos máquinas muy potentes a cualquier parte y tendrán un gran tirón entre los jugones cuando la potencia gráfica sea todavía mejor. ¿Qué os parece?.

Un ordenador en tu bolsillo, eso es lo que tendrás con el Asus VivoStick, un PC en el tamaño de un pendrive que mueve Windows 10. Características y precio.

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