El conductor de un Tesla fue parado por la policía canadiense después de ser descubierto dormido al volante a altas velocidades, todo gracias al Autopilot.
Llega la hora de almuerzo. Todos tus compañeros de trabajo, cual zombies, se sientan y lo primero que hacen, antes de ver siquiera la carta del restaurante, es conectar sus cerebros al smartphone y abrir el Whatsapp (o el Face). ¿Qué tanto conversarán? ¿Con quién? ¿A qué se debe esa privacidad cómplice de asegurarse que nadie vea su conversación? Ese bicho por invadir la privacidad de los demás es un impulso casi natural en algunas personas.
Ya sea que fueras un simple curioso invasivo o una novia loca pendiente de revisar todos los chats de su pareja, lo cierto es que espiar forma parte incluso de la naturaleza de miles de personas alrededor del mundo. Así es que tenemos un colega que se valió de esto y logró sacarle provecho desarrollando una aplicación que ofrecía el servicio de espiar conversaciones privadas de los números que desees.
Solo bastaba dar un código ingresando tu número telefónico asociado a Whatsapp y listo. Lo cierto es que este español de 23 años lo que hacía realmente era suscribirte a un servicio premium para recibir esos molestos mensajes de textos, cuyo valor por cada uno oscilaba entre 1.45 y 7.20 euros. Sumándole a esos pequeños montos, una frecuencia promedio de 2 a 3 por semanas y multiplicado por miles de curiosos, dio un total de 40 mil euros… hasta su captura.
La policía logró su captura más por rumores que por denuncias directas de las mismas personas afectadas, por dos razones básicas: Una de ellas era que los montos eran muy pequeños y para muchos no lo ameritaba; la segunda razón, y tal vez más importante era que, en el caso que decidieran reportar la estafa y denunciarla a las autoridades, ellos mismos estarían incurriendo en un delito al violar la privacidad de las personas, y hasta pagando por el “servicio”.
Ahora, mi estimado ingeniero se encuentra detenido y sus discos duros han sido confiscados por el Grupo Seguridad Lógica de la Brigada de Investigaciones Tecnológicas (BIT) de la Policía Nacional Española para determinar si tuvo o no participación en otras varias estafas, lo cual se presume. Lástima por el tipo, aunque de todas maneras sale a la luz la pregunta de si todos sus teóricos beneficiados también deberían recibir alguna clase de castigo o no.
¿Ustedes pagarían por una aplicación para espiar Whatsapp? Examen de consciencia señores, no se hagan los locos 
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La versión china de Twitter es el servicio de microblogging Weibo, lanzado en 2010. Permite a los usuarios publicar mensajes de 140 caracteres con los nombres de usuario y hashtags # @, al igual que Twitter, aunque 140 caracteres en chino pueden contener mucha más información que en español o inglés.
En sólo tres años, Weibo ha alcanzado casi 300 millones de usuarios que envían 100 millones de mensajes cada día, a una media de 70.000 por minuto. Eso hace difícil la inevitable censura por parte de las autoridades chinas. Una pregunta interesante es entonces: ¿cómo consiguen censurarla, aún así?.
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| Histograma del tiempo que se tardan en borrar los mensajes que no cumplen con los filtros de los censores. Lo más común es que se borren en los primeros 10 minutos. |
Hoy, Dan Wallach de la Universidad Rice (Houston, Texas) y sus colaboradores acaban de revelar los resultados de un estudio detallado sobre la censura en Weibo. Su método ha permitido reconstruir las técnicas de censura utilizados por el gobierno, permitiendo estimar el número de trabajadores que deben participar e incluso descubrir sus horarios de trabajo.
El estudio ha sido posible porque al menos algunos de los contenidos no se censuran previamente a su publicación, sino después.
