El vestido…

Desde hace muchos años hay gamers que gastan dinero en “ropa virtual” para sus personajes de videojuegos; sin embargo, ¿podría llegar a pasar algo similar con los humanos?

Parece ser que sí, puesto que una compañía ya desarrolla prendas digitales que, obviamente, no se ven en la realidad. Lo más sorprendente de todo es su precio, la firma ha vendido un vestido digital prácticamente tan caro como un vestido de lujo estándar.

¿La llegada de la moda digital?

The Fabricant es una start-up londinense pionera en lo que podríamos llamar “moda digital o virtual”. La compañía crea prendas digitales mediante herramientas de diseño y animación 3D. En su sitio web explican que combinan lo mejor de la moda y la animación.

Desde The Fabricant indican que quieren demostrar al mundo que la ropa “no necesita ser física para existir” y hablan de la moda del siglo XXI. Echando un vistazo a su web leemos varias veces el que parece ser su lema: “siempre digital, nunca físico”. Esta curiosa y futurista empresa ofrece sus servicios a marcas de moda y diseñadores, explicando que sus prendas pueden utilizarse en tiendas físicas; tiendas online; y otros canales digitales.

The Fabricant

En la página web relatan que los entornos digitales permiten ir más allá de las leyes de la física, pudiendo realizar los movimientos de cámara necesarios y emplear escenarios de iluminación imposibles en la realidad. De este modo, los clientes que vayan a comprarse una prenda podrán estar mejor informados y habrá menos devoluciones.

El vestido digital que cuesta un riñón

Aquellos que piensen que nadie se gastaría dinero en una prenda digital están muy equivocados. Muestra de ello es que The Fabricant ha vendido su primer vestido digital por 9.500 dólares, 8.500 euros al cambio. Una vez un cliente compre una de estas prendas, la compañía la adaptará a su cuerpo basándose en una fotografía.

Esto de la moda digital puede parecer absurdo; pero, hay algunos puntos interesantes que comentar. En el caso de los influencers, muchos suben fotos a diario con diferentes prendas; tener una prenda digital podría servirles para mantener su imagen sin tener que comprar ropa real o estar largas horas posando (la adaptación de la que hemos hablado).

El medioambiente también es otro tema a tratar. La única solución hasta ahora era ir desnudos (algo inviable), por lo que utilizar prendas digitales podría ser una alternativa sostenible.

No nos vamos a engañar, todo esto suena bastante raro; sin embargo, la moda podría cambiar drásticamente durante los próximos años con la evolución de la tecnología. Quién sabe, quizás en el futuro la gente simplemente se ponga un mono y use herramientas digitales para vestirse “virtualmente”, seguro que Black Mirror ya está rodando un capítulo en base a esta idea.

Foto destacada: The Fabricant

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Fuente: omicrono